Esta es la frase que dijiste, la que fue directa a mi cabeza: Eres gorda!
La oía una y otra vez. Me empujabas fuertemente al infierno y me dejaba llevar. Sentí sentimientos que nunca sentí, pensaba que esos sentimientos no existían. Para mi lo eran todo y me dejaron sin opción. Y ahora, luz en mi corazón, luz en mis pies, luz en mis ojos, casi no puedo ni hablar. Sabes siquiera cuan débil me hiciste? Ahora tengo confianza en mi, mejor si tienes cuidado con las palabras que dices. Con cada palabra que dijiste estoy impresionada. Tenias en control de mi corazón, me tenias bajo tu control. Era débil, fácil de caer, fácil de romper. Con cualquier palabra mi mundo se agitaba. Haz una promesa por favor, di que algún día te ahogaras en tus palabras. Y que sepas que cuando necesites algo algún día y me llames no estaré ahí para ti.
Todo lo que sabia era el dolor. Parecía demasiado malo para ser real, pero lo era. Y me preguntaba todo el rato: ¿Es este un buen lugar para caer? Todo eso era demasiado para mi. Ten mucho cuidado: Di que no harás mas daño a mi corazón.
Y esta va a ser la ultima frase que diré: Gracias de todas formas, porque hoy soy mas fuerte que ayer.
